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domingo, 27 de diciembre de 2015

CÓMO AFRONTAR LA NAVIDAD ESTANDO DE DUELO??

Es probable que en esta fecha sientas que nada tiene sentido y no desees celebrar. Esto es normal, pues te encuentras en un proceso de duelo, pero recuerda que aunque esa persona ya no esté físicamente contigo, espiritualmente si lo sigue estando.

La Navidad es la época en la que las familias se reúnen, la alegría inunda corazones, los hogares se visten de luces, la música acompañada del baile es la mejor expresión de felicidad y las mesas se llenan comida, pero todo cambia cuando se ha sufrido la muerte de un ser querido y se debe afrontar esa primera Nochebuena sin él o ella.

Se convierte en un mes en el que la nostalgia, el sufrimiento y la impotencia invaden, en mayor o menor grado, dependiendo del tiempo haya pasado y cuánto se haya superado el periodo de duelo.

Dicen que ‘el tiempo cura todas las heridas’, pero nadie puede negarte que sientas un vacío emocional porque ese ser querido no está más a tu lado, sentimiento que innegablemente se acrecienta en Navidad y Año nuevo. Es posible que todo te incomode, puedes experimentar rabia, impotencia y soledad, e incluso rabia de la felicidad de los demás.

Es cierto, te enfrentaste a una pérdida muy grande y para siempre, nadie está diciendo que pases las festividades de fin de año como si nada hubiera pasado, pero haz un gran esfuerzo para sobrellevar el dolor y encontrarte contigo mism@. No lo dudes, refúgiate en tu familia, ella te comprenderá porque está atravesando por la misma situación, el duelo no es solamente para ti.

Entre la soledad y la tristeza

Tal como lo afirma Margarita Hoyo, psicóloga especializada en procesos de muerte y duelos, esta etapa puede ser una experiencia que te aislará, y te hará sentir solo y abandonado, “aún estando rodeado de amigos y familiares”.

“De igual manera, el camino del duelo nos invita a afrontar, a vivir cada fecha. Tal vez tu impulso inicial sea aislarte, negarte a cualquier actividad, como armar el árbol y compartir la cena navideña, buscar pastillas que te permitan dormir durante las festividades para luego despertar en enero; eso no le ha servido a nadie”, señala Hoyo.

Para la experta en procesos de muerte y duelos, lo que se debe procurar en estas fechas es de retomar lo que queda, esforzarse por superar el dolor solitario, levantar la mirada hacía lo seres queridos que están al lado, “Ellos requieren de su presencia para compartir con usted su nostalgia y su dolor; no quieren una fiesta, pero si quieren contar con su presencia para afrontar juntos estas fechas”. Aconsejó evita postergar esta primera vez; “de alguna manera vendrán otras Navidades y fechas significativas, en las que podrá recordar a su ser querido y honrar su memoria con algunos rituales que darán un nuevo sentido a su pérdida”.

Y al contrario, sugirió vivir estas fechas de manera diferente, darle sentido al vacío y ausencia de esa persona que ya no está físicamente y sin embargo sigue siendo parte de su vida, ahora habita en su corazón, en los recuerdos, en la historia compartida.

Apoyo y comprensión

No es fácil perder a un ser amado, más cuando este ha partido del mundo terrenal y lo único que queda es un recuerdo de todos y cada momento, por eso como familia debe brindarte apoyo y comprensión, no solo en este difícil momento sino en estas difíciles fechas de diciembre, época en la que el dolor por la ausencia se acrecienta.

Camilo Umaña Valdivieso, psiquiatra, explica que tanto familiares como amigos deben entender qué tipo de duelo enfrenta la persona, qué ha perdido y qué significado tiene, “así enfocaremos nuestras palabras para poder apreciar lo que siente la persona en duelo, si lo conocemos profundamente, todo se facilita, si hemos compartido otros duelos con dicha persona, también esa experiencia cuenta; y si es el primer duelo que abocamos, es un viaje de descubrimiento hacia la aceptación que en algún momento llegará”.

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“La muerte ha llegado a nuestra casa y ha extendido su sombra sobre este hogar y uno de nuestros seres queridos ya no estará más. El silencio se aferra a las paredes y en las ventanas parece que el sol ya no entra más. Una parte de nuestra alma ha perdido un eslabón vital, el tiempo se ha detenido y aún así, la vida continúa.

Y es por eso que ahora, que se aproxima el fin de año y con ello la Navidad y otras celebraciones que evocan la familia, los regalos, las novenas y demás rituales propios de nuestra cultura, se precipitan en nuestro interior de manera desorganizada, sentimientos tan ambivalentes como contradictorios. Llega un tiempo de particular alegría, nostalgia, paz y unidad que a todos toca de alguna manera: la Navidad, fecha difícil de vivir cuando el corazón está incompleto.

El dolor y la tristeza que deja la pérdida, todo empieza a carecer de sentido. Y nos inunda una tremenda sensación de vacío, de sentir que no encajamos dentro de tanta alegría.

La vivencia personal de la Navidad depende de las creencias, de la tradición y el sentido que tenga en la vida de cada uno.

Seguramente está experimentando un inmenso dolor, rabia, prefiere evadir el tema, posterga decisiones. Se debate entre el compromiso por compartir en familia y participar de las festividades y la necesidad de aislarse de todo, sumergirse en un sueño inducido, algunos con somníferos, otros con alcohol, y huirle a la tristeza para evitar fechas que nos confrontan con la realidad, lo ausente, lo perdido, el vacío de quien ya no está con nosotros”.


Fuente:lavanguardia

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