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lunes, 13 de abril de 2015

EL DISFRAZ ESPIRITUAL

Al adentrarnos en el mundo de lo espiritual debemos ser honestos respecto a la motivación que nos acerca a ello, de esta manera evitaremos la desagradable experiencia de vernos envueltos por alguien que utilice el disfraz espiritual para obtener beneficios a nuestras expensas. 

Voy a comenzar esto planteando algunas preguntas que quiero tengas muy presentes durante toda la lectura, ya que son la base del escrito.

- ¿Usas la espiritualidad para evitar tus zonas oscuras, miedos y dolores?

– ¿Te pierdes detrás de la pelusilla espiritual con una sobredosis de energía positiva?

– ¿Tu espiritualidad te desconecta de la tierra integradora y de la verdad?

– ¿Ser espiritual te hace sentir superior, más especial o mejor que los demás?

¿Porque son importantes estas preguntas? porque dentro de sus respuestas se encierran unas importantes claves que te ayudaran a distinguir a los disfrazados espirituales, son el cebo con el que te pescaran los “vendedores de espiritualidad”.

Son gente en apariencia con alta reputación y muy reconocidos dentro del mundillo de la espiritualidad. Visten como se espera de ellos, y se comportan y maquillan a la perfección. Escriben hasta libros, y tienen una ristra de seguidores, cosa que impresiona a los nuevos fichajes. Te cobran los cursos carísimos, y después de pasar una semana o dos de retiro con ellos, sales de allí con la sensación de que: o cambias unas cuantas cosas o no te vas a adaptar a ellos.

A veces las personas que están solas y desean integrarse en una pequeña comunidad, son capaces de sacrificar mucho más de lo que deberían, y eso es “su propia identidad”.

Cuando estés en alguna reunión de estas y te empiecen a “reconducir” en tu manera de vestirte, tu manera de peinarte, te propongan cambiarte tu nombre, tu vivienda, te digan lo que te conviene y lo que no, y otra serie de capas que poco a poco te irán exigiendo y tu accedas a esos cambios, cada vez estarás más atrapad@ dentro “del grupo”.

Para ir introduciéndote, vas a ver a personas con estados alterados de conciencia “los más espirituales de todos”, otros estarán ansiosos por llegar a ser los primeritos, los más cercanos al maestro y harán lo que sea con tal de ello, son los “trepas espirituales”, algunos incluso usaran la seducción sexual del maestro, para estar en primera línea. ¿Os suena lo de las chicas enamoradas del gurú? y así una larga lista de cosas que podríamos enumerar como cebo para que “compres espiritualidad”.

Pero la verdadera espiritualidad no es “elevada”, ni es un camino, ni una carrera en la que competir con los demás parroquianos. Quizás por un tiempo eso te ha servido para aclarar las cosas dentro de ti, o ha sido una etapa en la que has vivido intensa y románticamente la experiencia, pero ya no. Este tiempo en el que estamos ya no se viste con uniformes espirituales. Se requiere una vivencia más real, una conexión más firme con la tierra y mucha más responsabilidad. Debemos sacudirnos desde el centro de nuestro núcleo y permitirnos a nosotros mismos profundizar hacia la verdadera espiritualidad.

La verdadera espiritualidad no es un zumbido intermitente y fugaz del SER interior, ni una explosión de luces psicodélicas, ni un estado fugaz de elevación de conciencia. Ahora eso ya no nos sirve… No podemos fabricar más burbujas de inmunidad espiritual y vivir encerrados dentro de ellas. Debemos desplegar el fuego de la verdadera espiritual para sanar y despertar completamente.
Durante algún tiempo nos sirvieron esas cosas pero ya no…

Cuando estamos atrapados dentro de esas formas groseras de ver o vivir la espiritualidad, nos gusta la luz, pero no el calor. Es el momento que despleguemos nuestro calor interno para brillar con luz propia.

No es momento de más teorías sobre la conciencia, sobre el espíritu y el SER.

Es el tiempo se SER, de vivir plenamente conscientes y de estar despiertos.

Muchos os preguntareis cómo… No suprimas el fuego, avívalo! No tengas miedo del calor, sumérgete en él y brilla. Todas las técnicas de meditación, respiración, asanas, etc… Aplícalas ya!

No teorices sobre las fronteras de la conciencia, ve a las fronteras y ¡¡Salta dentro!! sin miedo.

Otro miedo importante es el de perder el control, eso reconduce hacia lo superficial todo lo aprendido, nos aterra profundizar. El efecto de eso es reprimir y rechazar. Abandona los rechazos y sumérgete!

Quémate en el calor espiritual, no lo rechaces ni huyas de él. Para ello solo tienes que hacer una cosa. Estar en tu centro… permanentemente.

Eres el centro de tu propio mándala interno. Cuando te sitúas en ese centro te conviertes en el rey poderoso y capaz de crear tu propio universo.

Todo lo que tu mente proyecte, creará. Y te verás a ti mismo de repente creando.

Las máscaras de espiritualidad solo te absorben energía, te apartan del centro, y los vendedores espirituales te vampirizan, para así crear ellos su propio mándala más grande, más fuerte y más poderoso. 

Te usan. Despierta.



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